El beso anhelado


 Sus días llovían tristeza y sus ojos grises

buscaban a lo lejos,

la figura que pudiera regalarle un arco iris


No había nada,

sólo la desesperante quietud del silencio,

hasta que un recuerdo atravesó la agonía

y ella corrió


Leyó una líneas de esa carta arrugada,

y cerrando los ojos,

debajo del árbol cómplice de esta historia, 

llegó por fin su más sentido beso. 


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares